🐶 ¿Sabes realmente qué le estás dando de comer a tu mascota?
Vas al supermercado o a la tienda de mascotas, tomas un paquete de comida que pone “natural”, “con carne” o “sin conservantes”… y das por hecho que es bueno.
Pero cuando miras la lista de ingredientes… aparecen palabras imposibles de pronunciar, números, aditivos, harinas y subproductos. ¿Te suena?
La realidad es que las etiquetas de los alimentos para mascotas están hechas para vender, no para informar con claridad. Y si no sabes leerlas bien, es muy fácil caer en trampas que afectan la salud de tu compañero peludo.
En esta entrada te explico, paso a paso, cómo leer etiquetas y detectar ingredientes que deberías evitar.
📋 Lo primero que debes saber: el orden de los ingredientes importa
Al igual que en los productos para humanos, los ingredientes están listados de mayor a menor proporción. Es decir, el primero es el que más cantidad tiene.
Por ejemplo:
Mala señal:
Harina de maíz, subproductos de pollo, grasa animal, aroma a carne
Buena señal:
Pollo fresco, arroz integral, avena, aceite de salmón
Si lo primero que aparece no es una fuente de proteína real (pollo, cordero, pescado…), empieza a dudar.
🍗 ¿Qué ingredientes deberías buscar?
✅ Proteínas animales especificadas
“Pollo”, “pavo”, “cordero”, “salmón”
No sirve que ponga “carne” o “subproductos de ave”. Tiene que especificar qué carne, y mejor si está en los primeros dos ingredientes.
✅ Carbohidratos digeribles
Arroz, avena, batata
Mejor que el maíz, trigo o soja, que son más baratos y menos digestibles para muchas mascotas.
✅ Grasas saludables
Aceite de salmón, aceite de coco, aceite de linaza
Fuentes naturales de ácidos grasos buenos para el pelo, la piel y el sistema nervioso.
✅ Verduras y frutas reales
Zanahoria, calabaza, manzana, arándanos
No son esenciales, pero sí aportan vitaminas, fibra y antioxidantes.
🚨 Ingredientes que deberías evitar (o al menos cuestionar)
❌ Subproductos animales (no especificados)
“Harina de carne”, “subproductos de ave”, “proteína animal”
Pueden ser cualquier parte del animal (picos, patas, vísceras de dudosa calidad) y no suelen aportar nutrición real.
❌ Harinas y cereales procesados como base
Harina de maíz, gluten de trigo, harina de soja
Usados como relleno barato, poco digestibles y sin valor nutricional destacado.
❌ Aditivos, saborizantes y conservantes artificiales
BHA, BHT, etoxiquina, “aroma natural a carne”
Pueden alterar el comportamiento, provocar alergias o incluso ser cancerígenos con el tiempo.
❌ Azúcares y colorantes
Jarabe de glucosa, caramelo, colorante rojo 40
¿Para qué necesita tu mascota azúcar o colorantes si no les importa el color?
🧪 Lo que esconden algunas palabras en las etiquetas
Muchas marcas utilizan términos que parecen saludables pero son vagos o engañosos. Ejemplos:
⚠️ “Sabor a…”
“Sabor a carne” = no hay carne real, solo aditivos que imitan el sabor.
⚠️ “Con pollo”
Por normativa, puede significar que contiene solo un 4% de pollo.
⚠️ “Natural”
No está regulado. Puede significar simplemente que no tiene colorantes artificiales, pero seguir llevando subproductos y conservantes químicos.
👉 Descubre aquí cómo evitar las trampas más comunes del marketing en productos para mascotas
📦 ¿Qué hay del análisis garantizado?
Casi todas las etiquetas incluyen un apartado con porcentajes: proteína cruda, grasa, fibra, humedad…
Este “análisis garantizado” sirve para comparar entre marcas, pero no te dice de dónde vienen esos nutrientes.
Por ejemplo, un alimento con 30 % de proteína puede estar hecho con subproductos de baja calidad. Otro con 25 % puede tener proteína limpia y digestible. Por eso la calidad importa más que la cantidad.
🧾 ¿Y los ingredientes funcionales o añadidos?
Algunas marcas presumen de tener glucosamina, omega-3, prebióticos…
Está bien, pero muchas veces se añaden en dosis tan pequeñas que no tienen efecto real. Fíjate si aparecen al principio de la lista o al final, porque eso marca la diferencia.
🧠 Recomendaciones para elegir mejor (sin dejarte llevar por el envase)
- Lee los tres primeros ingredientes: ahí sabrás si es de calidad o puro relleno.
- Evita subproductos y harinas no especificadas.
- Si no puedes pronunciarlo, probablemente no debería estar ahí.
- No te fíes solo de la marca o la publicidad.
- Compara etiquetas, no precios.
Y si tienes dudas… pregunta. A otros dueños, a un veterinario integrativo o investiga con fuentes confiables.
🔄 ¿Es mejor hacerle tú mismo su comida o snacks?
No tienes que cambiar todo de golpe. Pero sí puedes empezar a complementar su dieta con preparaciones caseras que tú mismo controles.
Hacer snacks tú mismo te permite:
- Elegir ingredientes frescos y seguros
- Evitar conservantes o químicos
- Adaptarlos a su gusto y necesidades
Y además, ¡a ellos les encantan!
👉 Aprende aquí cómo preparar snacks caseros sin errores ni riesgos
📝 Conclusión: leer etiquetas es un acto de amor (y de prevención)
Lo que le das de comer a tu mascota cada día impacta directamente en su salud, su energía, su ánimo y su longevidad.
No hace falta ser experto. Solo hace falta tener criterio, información… y tomar decisiones conscientes. No te dejes engañar por envases bonitos ni por frases marketineras. Tu perro o gato merece algo mejor.
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